El pasado domingo 1 de octubre se celebró el anunciado referéndum de autodeterminación de Cataluña, convocado por el gobierno autónomo. Considerado ilegal por parte del gobierno central, las semanas previas a la cita fueron de gran tensión. Con voluntad de impedirlo por todos los medios, se pusieron en marcha actuaciones judiciales y policiales, requisando papeletas en las mismas imprentas y dificultando la campaña de los partidarios del sí. La detención de 14 cargos del gobierno catalán el día 20 de septiembre generó la mayor tensión y una gran movilización de condena en la calle. Unos 14.000 policías se desplazaron a Cataluña.
El mismo día 1 de octubre una amplia actuación policial empezó a cerrar colegios electorales y a retirar urnas. Para hacer frente a la resistencia popular a estos cierres, la policía desplegó una gran contundencia. A pesar de ello, acabaron votando 2.262.424 personas, lo que supone el 42 % del censo. El 90 % voto a favor de la independencia y un 7 % en contra. Si se tiene en cuenta que se cerraron unos 400 colegios y que la policía requisó urnas con unas 700.000 papeletas, la participación hubiera llegado al 56 %.
En su comparecencia, el presidente catalán, Carles Puigdemont, tras condenar la violencia policial, afirmó que el pueblo catalán había ganado el derecho a tener un estado con el que participar el concierto de las naciones. El presidente español, Mariano Rajoy, amparado pocos días después por el rey de España, de inmediato reiteró su posición, subrayando la ilegalidad del referéndum y señalando que su gobierno impediría la secesión por todos los medios.
Aquí puede consultar el resultado del referéndum: http://premsa.gencat.cat/pres_fsvp/docs/2017/10/06/17/31/36cf01e5-73d3-4bfa-8ba1-1e6121cc8eb1.pdf