El 65.º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW65) concluyó el pasado 26 de marzo con un llamado urgente a todos los niveles de gobierno para que se cree el marco jurídico y regulatorio, con medidas y compromisos temporales, que permitan llegar a la paridad de género en todos los órganos ejecutivos, legislativos y administrativos. Esta es una recomendación que la Comisión, la mayor reunión anual sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, reclama que llegue a todos los niveles de gobierno: local, regional y central.
Este año, la Comisión se reunió de manera virtual y bajo el tema: “La participación de las mujeres y la adopción de decisiones por ellas de forma plena y efectiva en la vida pública, así como la eliminación de la violencia, para lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas”. Este debate se produce en un momento en el que los dados disponibles muestran que el progreso hacia la igualdad de género en la vida pública ha sido muy lento.
Únicamente 22 países del mundo están dirigidos por una mujer. Las mujeres ocupan el 25% del total de escaños parlamentarios a escala mundial, y sólo tres países cuentan con un 50% o más de mujeres en sus parlamentos. Menos del 1% de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres menores de 30 años. A nivel regional, no hay datos al respecto, pero todo indica que resultan aún peores que los de nivel nacional. Sí existen datos a nivel europeo. Sólo el 21 % de los presidentes regionales son mujeres. Las mujeres sólo representan el 35 % de los diputados de los parlamentos regionales y, en el Comité de las Regiones, sólo un 23 % de los miembros son mujeres.
El CSW65 apunta que, con el nivel de avance actual, se necesitarán otros 130 años para alcanzar la igualdad de género en las más altas esferas. Se afirma, sin embargo, que alcanzar la igualdad de género en el liderazgo y la toma de decisiones es un objetivo realizable. Las cuotas de género en los órganos legislativos y en otros sectores, las medidas especiales que permiten a las mujeres acceder a la esfera política han demostrado ser elementos clave para impulsar el cambio. Así, se recomienda “adoptar leyes de cuotas electorales de género con metas del 50 por ciento y asegurar su implementación mediante reglas de orden de rango y sanciones por incumplimiento”.
Más allá de esta contundente defensa de la paridad, el CSW65 se reafirmó a favor de la Declaración de Beijing, es decir, al objetivo de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas. De manera muy especial, se hizo énfasis, asimismo, en la necesidad de eliminar la violencia contra las mujeres, tan agravada por la pandemia del COVID-19.