Murió Luís Guastavino, el degano del regionalismo latinoamericano

El pasado 28 de diciembre, justo el día antes de cumplir 90 años, murió en Ñuñoa, región Metropolitana de Santiago de Chile, Luís Guastavino, quién fuera director de Escolagi, figura importante de la política de aquel país, hombre clave en consolidación de ORU Fogar en América Latina y, sobre todo, convencido apóstol de la causa regional.

Militante del Partido Comunista de Chile, hombre muy próximo a Salvador Allende, fue diputado por Valparaíso de 1965 a 1973. Exiliado durante la dictadura de Pinochet, vivió en Europa trabajando para Naciones Unidas y la Unesco. Retornado a Chile y tras abandonar el Partido Comunista, fue firme partidario de evitar el extremismo político que genera conflictos y se convirtió en un convencido militante en favor de la descentralización. En el año 1992 organizó el seminario internacional “Descentralización y regionalización: Chile, España, Italia y Suecia”.

En abril de 2003 el presidente Ricardo Lagos de nombró intendente regional de Valparaíso, una responsabilidad que ocupó hasta marzo de 2006. Desde esta posición, fue decidido impulsor de la Organización Latinoamericana de Gobiernos Intermedios OLAGI. Así, el 2004 y en Guayaquil, Ecuador, bajo el patrocinio de CONGOPE, presidido por Jorge Marún, Guastavino fue elegido primer presidente de OLAGI.

Des la presidencia de OLAGI defendió el establecimiento de gobiernos regionales con un alto nivel de autonomía política y financiera. Combatió el centralismo y promovió la autoestima de los territorios. “El centralismo en el continente -explicaba- es en parte culpa de las mismas Regiones, que no asumen un papel determinante ni tampoco una actitud audaz, creativa e innovadora. Por una añeja y muy enraizada mentalidad sus autoridades siempre esperan que todo les llegue del centro”. Así, fue firme partidario de políticas de integración regional y transfronterizas y, especialmente, de la participación de las regiones en redes internacionales. 

Desde OLAGI generó múltiples relaciones dentro de América Latina. En relación con el Banco Iberoamericano de Desarrollo, consiguió que las regiones pudieran optar a políticas de crédito. Tras abandonar la presidencia, toda su energia se volcó en EscOLAGI, una escuela para la capacitación de los gestores públicos de los gobiernos regionales, con la complicidad de una red de universidades latinoamericanas interesadas en promover políticas de integración y desarrollo.

En el año 2007 Guastavino fue clave para que, en la fundación de ORU Fogar en Marsella, participaran los gobiernos intermedios de América latina. Con una extraordinaria relación con Michel Vauzelle, presidente de ORU Fogar y del Consejo Regional Provence-Alpes-Côte d'Azur, fue promotor de la I Cumbre de Regiones sobre Seguridad Alimentaria que se celebró en Dakar en 2010. Guastavino y Vauzelle fueron también quienes, en 2012, apadrinaron a Paúl Carrasco, prefecto ecuatoriano del Azuay, para que se convirtiera en presidente de ORU Fogar.

Cuando Paúl Carrasco recuerda a Luís Guastavino subraya su talante tolerante y su condición de hombre tanto de reflexión, como de acción. “La experiencia chilena -cuenta- le hizo ver que el extremismo de izquierda alentaba el extremismo en la derecha y que ambos desembocaban en el conflicto”. Su tolerancia no sólo le llevó a predicar la necesidad de encontrar puntos de encuentro en Chile, “fue también -explica Carrasco- un hombre que, siendo un panamericanista, defendió la diversidad”. Para quién fue presidente de ORU Fogar de 2012 a 2016, Guastavino fue el primer apóstol del regionalismo en América Latina. “En los noventa, pero también durante la primera década de este siglo, con setenta años, desplegó una ingente actividad para promover el regionalismo”.

 

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