En octubre de 2022 se celebrará en Perú la IV Cumbre de Regiones “Hambre Cero”
Con el fin de crear un futuro marcado por la seguridad alimentaria mundial y promover el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 “Hambre Cero” fijado para 2030 por Naciones Unidas, los días 27 y 28 de octubre se celebrará la IV Cumbre Regiones sobre Seguridad y Soberanía Alimentaria, en la región de Huancavelica (Perú). El evento será organizado por ORU Fogar, por la Mancomunidad de los Andes y el Consejo Regional de Huancavelica, con el apoyo de la Secretaría de Descentralización del Gobierno del Perú.
El informe "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo" de la FAO de 2020 muestra que, a pesar de avances significativos en la reducción del número de personas que padecen hambre, la inseguridad alimentaria y diversas formas de malnutrición van en aumento año tras año, a causa de la inestabilidad de la economía mundial, los conflictos, el cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos y epidemias como la del Covid-19. Aunque el nivel mundial de producción de alimentos ha alcanzado el nivel más alto de la historia, el sistema alimentario mundial sigue desequilibrado.
Desde su fundación en 2007, ORU Fogar ha puesto la seguridad alimentaria en el centro del debate sobre el desarrollo y, en este sentido, ha promovido activamente la cooperación regional entre el Norte y el Sur. La demostración de este interés se ve en que ORU Fogar organizó tres cumbres celebradas en Senegal (2010), Colombia (2012) y Ecuador (2018). Ahora, con motivo de la convocatoria de la cumbre, en septiembre de 2021, sobre Sistemas Alimentarios por parte del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ORU Fogar organizará en octubre de 2022 su Cumbre de regiones.
El objetivo de la Cumbre es transmitir a los espacios regionales, las decisiones y políticas adoptadas en la Cumbre de Sistemas Alimentarios de Naciones Unidas 2021. El evento tiene como objetivo mostrar el compromiso de las regiones al diseñar y tomar acciones colectivas consistentes en intervenciones en las cadenas de suministro de alimentos, el entorno alimentario y la economía política que da forma al comercio, el gasto público y las políticas de inversión. Y mostrar -asimismo- que una buena gobernanza, descentralizada, con poder en el territorio, es el mejor aliado para combatir el hambre.
Con voluntad de transformar los sistemas alimentarios del mundo, con una atención muy particular a las comunidades más aisladas y vulnerables y la sostenibilidad del planeta, la Cumbre no solo llamará a la acción a los gobernadores y presidentes regionales. También reclamará a los gobiernos nacionales que integren la nutrición en sus enfoques agrícolas. Durante los días de la cumbre habrá que ver cómo reducir los factores que incrementan los costes de producción, almacenamiento de alimentos, transporte, distribución y comercialización. También se deberá ver cómo se apoya a los productores locales para desarrollar y vender alimentos más nutritivos y asegurar su acceso a los mercados. Y como las regiones deben priorizar la nutrición infantil, como sector más vulnerable de la población, y ser promotoras del cambio de comportamiento a través de la educación y la comunicación. Todo, con la voluntad de integrar la nutrición en los sistemas de protección social y estrategias de inversión a nivel nacional.