Las regiones apuntan que el hidrógeno verde es estratégico

ORU Fogar juntamente con la Asociación Internacional de Regiones Francófonas (AIRF) y Regions4 están preparando un Side-Event titulado “Las regiones y la economía del hidrógeno” que se llevará a cabo en el marco de la COP27, que se celebrará en Egipto el próximo mes de noviembre. En este evento está ya comprometida la presencia del presidente de ORU Fogar y presidente del Consejo Regional de Rabat Salé Kénitra, Rachid El Abdi, así como el vicepresidente, presidente de la AIRF y del Consejo Regional de Auvergne Rhône Alpes, Laurent Wauquiez. Se van a presentar asimismo diversas experiencias y planes de regiones que están trabajando la economía del hidrógeno, como las de Cataluña, del País Vasco y del Estado de Paraná (Brasil).

La primera pregunta que mucha gente se hará es ¿hidrógeno? ¿El hidrógeno como combustible? El hidrógeno es un combustible universal, ligero y muy reactivo. Se consigue a través del proceso químico conocido como electrólisis. Este método utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua. Si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se produciría energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera y hablaremos de hidrógeno verde. Así, el hidrógeno líquido puede substituir a combustibles como la gasolina y el gasoil. Debe ser un apoyo muy importante para la movilidad y, por lo caro de su producción actual, se contempla en una primera instancia como el combustible de los aviones.

La Economía del Hidrógeno apunta un modelo de producción con energía limpia que permitiría crear un nuevo ecosistema industrial propicio al desarrollo económico. Con la adopción de esta alternativa, se estima que en las próximas décadas se logre reducir hasta un 34% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero que proceden de los combustibles fósiles y la industria. No obstante, convertir en realidad la economía del hidrógeno requiere un fuerte esfuerzo económico, normativo y un gran cambio de mentalidades.

Y ¿por qué las regiones apuntan al hidrógeno? Si el cambio climático no era suficiente, la guerra en Ucrania, mostrando la dependencia del petróleo y del gas de tantos países, ha puesto en evidencia la necesidad de acelerar la transición energética. Cuando la implantación de las energías renovables no avanza al ritmo esperado y cuando continúan creciendo las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, los gobiernos regionales quieren reclamar su rol en la transición energética, en tanto que gobiernos territoriales. Y lo quieren hacer señalando que no sólo pueden contribuir con una apuesta a favor de las energías renovables, también apostando por la producción de un hidrógeno verde que, hoy por hoy, se presenta como la culminación de esta transición energética. 

Y otra pegunta que se debe formular ¿qué rol deben tener los gobiernos regionales dentro de esta transición energética? Si la apuesta como combustible de transición es el gas, los gobiernos regionales deben velar para que llegue a todos los rincones del territorio. Pero, en tanto que gobiernos territoriales y de proximidad, los gobiernos regionales son, pueden y deben ser claves en el despliegue de todas las energías renovables. Es por este motivo que las redes de regiones implicadas en los temas medioambientales y de lucha contra el Cambio Climático señalan ya a la economía del hidrógeno. 

Entre los referentes internacionales de la Economía del Hidrógeno se encuentra el gobierno de Corea del Sur, quien en 2019 publicó su “Hoja de Ruta de la economía del hidrógeno”. Este documento sirve como guía para la futura transición hacia una sociedad que aproveche el hidrógeno como fuente energética para la movilidad y la generación de energía. Pero a nivel regional, merece destacar el trabajo realizado por el País Vasco, quien más allá de la apuesta industrial a favor de la electrólisis, presentó su Estrategia Vasca del Hidrógeno. Esta tiene como objetivo establecer las condiciones para la producción de hidrógeno renovable, su almacenamiento, transporte y distribución en el mercado local y, al mismo tiempo, que sirvan de base para establecer un centro logístico con relevancia en el mercado internacional. Catalunya está impulsando el “Valle del hidrógeno” como apoyo a su sector industrial. Mientras, el Estado de Paraná, apoyado en la potente fuerza hidroeléctrica del Paraná y de sus afluentes, plantea la apuesta más decidida de América Latina a favor del hidrógeno.

 

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