El pasado 7 de junio se celebraron elecciones intermedias en México. En 17 de los 31 estados de la República se disputaron ayuntamientos, diputaciones locales y federales y, en 9 de ellos, en los comicios también se jugaron los estados. La jornada electoral se desarrolló sin incidencias -salvo algunas complicaciones en estados como Michoacán y Oaxaca- y la posibilidad de instalar en el país el 98% de los colegios electorales previstos convirtió la fecha en una cita democrática sin precedentes.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido del actual Presidente de la República de México, arrasó con los puestos en el congreso federal con una mayoría para ellos y sus partidos socios en la cámara federal de diputados. Sin embargo, en algunos estados particulares los comicios significaron una importante fractura para las grandes formaciones políticas, con el triunfo histórico de candidaturas independientes. Este es el caso de Nuevo León, donde por primera vez ganó un candidato no postulado por ningún partido, Jaime Rodríguez Calderón. Después de militar más de 30 años en el PRI, Jaime Rodríguez renunció al partido y emprendió una política independiente caracterizada sobre todo por su lucha contra el crimen organizado en el estado.
Otro caso relevante es el de Sonora, donde ganó la gubernatura Claudia Pavlovich Arellano, candidata oficial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), convirtiéndose en la primera mujer que ocupa el cargo de gobernadora del estado. El fenómeno del triunfo de las candidaturas alternativas también tuvo un peso relevante en los comicios de las diputaciones locales, donde la ciudadanía se movilizó en numerosos municipios en favor de candidatos independientes.
Este triunfo democrático ha sido en parte posible, según la Organización de Estados Americanos (OEA), gracias a la revisión preliminar de las posibles herramientas legales para garantizar una mayor equidad en la contienda. Tales acciones incluyeron mecanismos de financiamiento para ofrecer mayor acceso a las campañas electorales a los candidatos sin partido político y a los partidos minoritarios.