Cataluña en Quito

En septiembre de 2015, en Nueva York, quince años después de la aprobación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, vieron la luz los Objetivos de Desarrollo Sostenible; objetivos que, en el marco de a Naciones Unidas, todos los estados se emplazaron a cumplir el 2030. En diciembre, la COP21, tras muchas dudas y muchos debates, fue un éxito indudable. Y, uno tras otro, todos los países van ratificando el Acuerdo de París contra el Cambio Climático, incluidos China y Estados Unidos, algo que no era obvio hace tan solo unos pocos años. Todo indica, por otro lado, que Habitat III, la conferencia de Naciones Unidas sobre la Agenda Urbana que se va a celebrar en Quito, va a ser otro éxito de la agenda internacional.

Desde nuestra militancia a favor de los gobiernos territoriales, vemos con satisfacción que el documento que se va aprobar tenga un reconocimiento claro de los gobiernos regionales y locales, que se hable de su rol en la implementación de la Agenda Urbana y que se diga que necesitan recursos económicos suficientes para llevarla a cabo. Vemos también con satisfacción que hay una gran unanimidad global en relación a esta Agenda Urbana.

Llega este debate de Quito sobre la Nueva Agenda Urbana en un momento muy interesante. Muchos de los objetivos de la Agenda Global del año 2000, en relación a la superación de la pobreza, la salud o la educación, han avanzado notablemente. No todo lo que querríamos, pero han avanzado mucho. Hay, sin embargo, un objetivo que no hemos conseguido y que estaba presente en todos los debates de aquel momento: parar el éxodo rural hacia las grandes ciudades. Las ciudades crecen sin parar en suburbios marginales, donde anida la pobreza, la ignorancia y la inseguridad. Un evento como el de Quito debe permitirnos poner sobre la mesa políticas que paren esta situación y dar respuestas para las circunstancias concretas de los diferentes puntos del mundo. 

Este enfoque social de la Agenda Urbana global es muy presente en la mirada que damos a Cataluña de la que tiene que ser nuestra propia Agenda Urbana, y de ahí nuestra implicación en el proyecto. Creemos firmemente en las actuaciones de regeneración urbana como un proyecto de país, un proyecto ambicioso de transformación de las metrópolis del futuro, un proyecto integrador, con y para las personas.

La Agenda urbana catalana es un instrumento transversal, con voluntad de dar un enfoque holístico de la transformación del país, y que con eso dé respuestas a la necesidades de las ciudades y el territorio catalán del futuro.

Modestamente, desde Cataluña, creemos que nuestra política en favor del equilibrio de nuestro territorio puede ser una referencia con ejemplos de excelencia. La Generalitat de Catalunya ha defendido siempre que un ciudadano debía encontrar un hospital de referencia cada 40 quilómetros. Contamos con universidades en todo el territorio, y eso es consecuencia del impulso político, porque lógicas académicas y económicas aconsejaban quizá una mayor centralización. Así, alineados con el posicionamiento político de ORU Fogar, vamos a estar en Habitat III, haciendo un discurso muy de ciudades, pero de ciudades inmersas en un territorio que las ampara, les da cohesión y un entorno sostenible. Esa es la voluntad vertebradora urbana y territorial de Cataluña.

 

Josep Rull

Consejero de Territorio y Sostenibilidad del Gobierno de Cataluña

 


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