La sociedad civil a nivel mundial, a través de diferentes manifestaciones, se encuentra exigiendo mayor participación en la gestión pública, en la construcción de políticas, en la definición de una agenda de intervención en el territorio; pero además demanda ser corresponsable en la ejecución y seguimiento de planes, programas y proyectos que tienen como propósito buscar el bienestar individual y colectivo.
Sin embargo, esta agenda no es nueva para quienes hemos sido parte de todo un proceso de lucha para alzar las voces de las regiones. Desde mi participación e involucramiento en ORU Fogar a través de la Organización Latinoamericana de Gobiernos Intermedios y hasta este mismo momento, pasando por el año 2010 en donde el Gobierno Provincial del Azuay, mi provincia, se convirtió en miembro a título individual de la Organización de Regiones Unidas/ FOGAR, hemos considerado que el objetivo real es repensar el enfoque de la gobernanza mundial desde nuestro espacio, la región y el territorio.
Mi gestión en la presidencia de ORU, y con el continuo apoyo y entrega de la Secretaría General, se dedicó a abrir un abanico de ejes temáticos sobre los que nos propusimos trabajar: la eficacia de la ayuda para el desarrollo, la diversidad cultural y sobre todo la democracia y participación ciudadana.
ORU Fogar además entró en una nueva etapa de construcción, atendiendo el llamado mundial para convertirse en el único intermediario entre los Estados, los organismos de integración regional y el sistema de las Naciones Unidas. Si bien tuvimos dificultades de varios tipos, hemos logrado gestionar todas las políticas globales con un fuerte impacto territorial / regional, acercando a los pueblos a dichas políticas y permitiendo un desarrollo más equilibrado y sostenible de nuestro planeta con un mensaje de verdadera descentralización y democracia radical para las regiones y gobiernos intermedios.
Además logramos expandirnos, consiguiendo la adhesión de gobiernos y redes de países con gran experiencia en temas de gobernanza estratégica, donde tengan cabida todos los niveles de territorios. Estos son el caso del Congreso de Intendentes de Uruguay, Departamento Central de Paraguay, la Asociación Nacional de Consejeros Regionales de Chile, entre otros de Argentina, México y mi querido país Ecuador.
Así también, consolidamos nuestra presencia en África, como el caso de Senegal en donde atravesaron la desaparición de las regiones pero mantenemos nuestra relación con los ahora llamados departamentos. Y no podemos olvidar a quienes no sólo han sido socios de ORU de Europa sino que además se han convertido en amigos fraternos como el caso de la representación de Gobierno Vasco y Cataluña, quienes además han sido socios claves para la reciente adhesión de la distinguida Diputació de Barcelona.
Un agradecimiento especial para quienes han sido estratégicos para el desarrollo y crecimiento de nuestra organización: al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), al Centro de las Naciones Unidas para el Desarrollo Regional (UNCRD), a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) y a nuestra más reciente aliada, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para apoyar al trabajo decente y digno en el marco de los proyectos de cada región que conformamos ORU Fogar.
Bajo un enfoque territorial de las acciones que derivan del creciente rol de las regiones en el desarrollo integral de sus territorios, hemos consolidado un plan de comunicación digno de una organización como la nuestra.
No obstante, es ahora y el futuro en donde el desafío que tenemos como ORU Fogar no es solo tener espacios de discusión y aliados estratégicos, sino plantearnos la manera concreta de intercambio de experiencias y apoyo técnico-político para defender la cercanía de los gobiernos intermedios con la gente.
“Descentralizar en esencia es acercar las decisiones de gobierno a la gente, es acercar los gobiernos a los gobernados, es legitimar la democracia como forma de gobierno”.