La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es sin duda una de las iniciativas más ambiciosas de las Naciones Unidas. Y también de ORU Fogar. Y es que nuestra Organización de Regiones Unidas no va a dejar ni un solo momento de implicarse en un compromiso tan importante para nuestro planeta y para la población mundial.
2016 es el año en que emprendemos definitivamente este camino, lleno de retos, que debe llevarnos a un mundo mejor sin que nadie se quede atrás. Y digo lleno de retos porqué 17 son muchos objetivos, y estos además incluyen 169 metas. La Agenda abarca tantísimas dimensiones que no será nada fácil de alcanzar. Pero al mismo tiempo es una oportunidad sin precedentes para que los países, las regiones, las ciudades y los ciudadanos de todo el planeta aúnen sus fuerzas en este proyecto que compartimos, que es de todos y que nos beneficiará a todos.
Se ha hablado de Naciones, de los Estados Miembros de la ONU, como los actores que tienen que implementar la Agenda 2030. Pero lo cierto es que existe un consenso que garantiza que los gobiernos intermedios deben tener un rol importante en la aplicación y seguimiento de muchas de las metas propuestas. En especial quisiera comentar un ODS que nos concierne directamente. El Objetivo 11 se refiere a “Ciudades y comunidades sostenibles”, a los requerimientos de urbanización sostenible, planificación territorial, vivienda digna, acceso de la ciudadanía a servicios apropiados, participación ciudadana… ¿En manos de quién si no en las nuestras está lograr que los territorios sean “inclusivos, seguros, fuertes y sostenibles”?
Pero para que podamos implicarnos como es debido, para que podamos desplegar bien la fuerza de nuestras intenciones, reclamamos un compromiso internacional para empoderar las autoridades regionales y los demás actores territoriales. Reclamamos fortalecer las instituciones a nivel regional, sus capacidades y sus competencias, para poder avanzar en los procesos de descentralización. Debemos trabajar además en la mejora de las herramientas y en la disposición de un mayor acceso a indicadores territoriales fiables, de calidad, que nos permitan monitorizar y evaluar los resultados de nuestras acciones y su impacto sobre el terreno de forma responsable.
Ya dije que no es tarea fácil… Pero dije también, y recalco, que ORU Fogar y las regiones del mundo no descansarán ni un momento en todo el período que despega. Seguro que no será tan difícil si todos los actores territoriales nos coordinamos y trabajamos conjuntamente para poder ofrecer nuestra aportación a este compromiso global. ORU fomentará con grandes esfuerzos esta coordinación.