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Carles Llorens

Secretario general de ORU Fogar

De la canciller alemana tenemos frecuentes noticias, no en balde, se trata de una figura política de primer nivel, que lidera el motor político y económico de Europa. El no saber alemán hace, sin embargo, que muchos -entre los que me incluyo- no conozcamos el detalle de su mensaje. Un poco la casualidad ha hecho, sin embargo, que haya caído en mis manos la traducción de un discurso que la canciller hizo en Hamburgo el pasado 15 de mayo durante el “Dia de las cajas de ahorros alemanas”. Y mi sorpresa ha sido mayúscula cuando me he encontrado con unos planteamientos, que bien pudieran ser los de un miembro del Buró de ORU Fogar. 

Justo tras los saludos, el discurso de Merkel reclama que los dirigentes de las cajas de ahorros no se olviden de las zonas rurales, en un posicionamiento similar al nuestro desde que en Habitat III pusimos énfasis en este tema. La canciller dice entender que se dedique mucha atención, y muchos créditos, al tema de la vivienda en las conurbaciones, pero que no se olviden de las zonas donde la densidad demográfica es menor. Afirma que “las personas que viven en el campo se sientes abandonadas” y argumenta que esto se tiene que superar si se quiere “una situación en la que prive la igualdad de las condiciones de vida”. En este punto surge sólo la reflexión: si esto es así en Alemania ¿cuál debe ser la dimensión del problema en países menos desarrollados?

Una gran parte del discurso de Hamburgo se centra en el tema medioambiental y en la lucha contra el cambio climático. Se hace referencia a la presión de los movimientos juveniles, a la necesidad de políticas que reduzcan las emisiones de carbono, a la voluntad de apostar sin reservar por las energías renovables y a cómo se debe contar con los sectores económicos para hacer la transición energética. “En muchos campos -dice Merkel-, Alemania está a la cabeza. Pero en los próximos años tendremos que ocuparnos con toda seguridad de una forma más intensa de todos estos temas”. Muchos mandatarios, no Trump, vista la gravedad del tema climático, han incorporado planteamientos similares en su discurso. En el caso de Merkel sorprende, sin embargo, la atención que se dedica al tema y la convicción con que se expresan los compromisos.

El posicionamiento más ORU Fogar llega, de todas formas, cuando la canciller defiende que, para afrontar el reto climático y el tecnológico, Alemania cuenta con la ventaja de su sistema federal, con gran poder de sus regiones y municipios. La revolución digital, la de la eficiencia, la electromovilidad, argumenta, no pueden ser tarea exclusiva del gobierno federal, sino que todo lo relacionado con la innovación debe ser asumido por los alcaldes y presidentes de regiones-lands.   

Y reafirma el argumento: “Con frecuencia se nos reprocha que Alemania tiene un sistema complicado y muy variado: un sistema federal, una administración autónoma de los municipios y de los diferentes estados federados. Constantemente tenemos que enfrentarnos y superar muchas contrariedades. Pero el conjunto otorga a nuestro país una estabilidad especial. Esta estabilidad se acredita también en situaciones de crisis. Por eso, y así lo pienso, deberíamos estar a favor de esta complejidad y variedad”.

Sobran comentarios. Que bueno seria, sin embargo, que muchos presidentes y primeros ministros de gobiernos centrales se contagiaran de las ideas de Merkel. La vida de muchos presidentes regionales y gobernadores sería más fácil. 

 


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