El compromiso de las regiones destaca de nuevo en la COP29 de Bakú

​La COP29 (Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático) celebrada en Bakú, capital de Azerbaiyán, acabó con un acuerdo por el cual los países desarrollados deberán aportar, para 2035, por lo menos 300.000 millones de dólares anuales a la lucha contra el Cambio Climático. La cifra está muy lejos de las expectativas iniciales. La inauguración de esta Cumbre, con el presidente del país, Ilham Alíev, afirmando que el petróleo era una bendición de Dios al que no podía renunciarse, auguraba ya una difícil negociación. Efectivamente lo fue cuando se vio que, en un primer borrador, el acuerdo preveía una aportación de sólo 250.000 millones. Estados Unidos y la Unión Europea estaban hablaban de la necesidad de aprobar una cifra “realista y alcanzable”. 

En un final agónico se sumaron 50.000 millones más, pero nada dice el documento de donde van a salir estos recursos. Quienes tienen que pagar son Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Suiza, Australia y Japón, pero no se aclara en que porcentajes. Tampoco está claro si el presupuesto vendrá de ayudas públicas, si de créditos o de inversión privada ligada a proyectos. Por descontado, no hay tampoco ninguna mención respecto a si las regiones, como están reclamando desde hace años en todas las Conferencia de las Partes, podrán gestionar parte de estos recursos. En el texto no existe, por otro lado, ninguna mención clara de la voluntad de abandonar los combustibles fósiles, como si la había en el acuerdo final de la COP28 de Abu Dhabi. En Bakú, sólo las regiones mantuvieron inalterable su compromiso contra el cambio climático.

Acomboyadas por Regions4, regiones de todos los continentes participaron en los debates y en multitud de eventos. Desde geografías tan diversas como Sao Paolo o Minas Gerais en Brasil hasta South Australia, se presentaron planes de adaptación. Regiones de Costa de Marfil aprovecharon para mostrar algunas de sus recientes reservas naturales. El País Vasco presentó espacios que han pasado de la degradación a convertirse en increïble parques públicos. Catalunya estuvo en varios frentes. También se mostraron diversos proyectos de reforestación en Guinea o el proyecto Cascadas de Métché de la Región Oeste de Camerún, un espacio que será a la vez de protección de la biodiversidad, al mismo tiempo que recurso turístico. Gossas, Senegal, se ratificó como líder en relación al cambio climático, con su proyecto de Escuelas verdes. También desde África, el Council of Governors de Kenia explicó que los condados del país van a dedicar entre el 5 y el 6 % de su presupuesto a temas climáticos. Pero fue también el momento para que la región italiana de Lombardía presentara Life Gestire, un proyecto que ha movilizado 15 millones de euros para empoderar la agricultura regional, en un marco de protección de la diversidad.

Mariana Corvaro, directora de proyectos climáticos de Regions4, quiso poner de manifiesto que las regiones están en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático. “Los gobiernos regionales -dijo- van por delante de los compromisos nacionales y tiene una capacidad más rápida de actuar. Sus soluciones de adaptación son más rápidas y flexibles que la de los gobiernos centrales”. 

La presencia marroquí en la COP29 fue especialmente destacada. Mbaraka Bouaida, presidenta de la Asociación de Regiones de Marruecos, estuvo participando en diversos eventos y reuniones. La acompañó Adil El Barakat, presidente del consejo de la región de Beni Mellal-Khénifra. El presidente del Consejo Regional de Rabat-Salé -Kénitra y de ORU Fogar, Rashid Al-Abdi, participó en una mesa redonda titulada: “El papel de las regiones en la reconstrucción después de los desastres naturales”, organizado por el Gobierno marroquí. Fue ponente también en un evento de ONU-Hábitat que trató del “Fortaleciendo la infraestructura urbana frente al cambio climático y promoviendo la sinergia entre la expansión urbana y el desarrollo sostenible”. Rashid Al-Abdi estuvo finalmente en la reunión del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

Más allá de esta reunión, dedicada específicamente a la financiación de los proyectos climáticos, el presidente de ORU Fogar abordó el tema financiero en diversas de sus intervenciones. “Nos enfrentamos -dijo- a varios obstáculos en nuestros esfuerzos por adaptarnos al cambio climático. En todas partes, la coordinación institucional constituye un desafío, que requiere una mejor articulación entre los actores locales, regionales y nacionales. En el sur, además, la falta de experiencia técnica dificulta el despliegue de soluciones innovadoras, que requieren habilidades específicas que aún no están generalizadas. Pero entre todos los desafíos, el principal es la insuficiencia de financiación, porque las necesidades de infraestructura climática superan con creces los recursos disponibles”. 

Rashid Al-Abdi afirmó que era necesario movilizar la financiación internacional y puso como ejemplo la colaboración exterior con la que han contado los planes de gestión de agua y de construcción de desalinizadoras en su región, Rabat Salé Kénitra. “Debemos seguir explorando mecanismos como el Fondo Verde para el Clima. Nuestra región es un laboratorio vivo para la transición hacia una infraestructura urbana sostenible y resiliente. Sabemos que estos esfuerzos son sólo el comienzo. El desafío climático es global y sólo una sólida colaboración internacional nos permitirá afrontarlo”.

Newsletter

Recibe nuestras últimas noticias...
 

© All rights reserved ORU. Barcelona 2024