IX Premio a las Mejores Prácticas Regionales

Gonzalo Pizarro y Alexandra Fawzi, SDG Integration Team, PNUD

Reconociendo la importancia de las mejores prácticas regionales para el desarrollo sostenible

En nuestra búsqueda de un progreso sostenible y equitativo, la comunidad internacional ha definido una visión global, plasmada en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que contiene. ¿Cómo llegamos allí? Esta es una pregunta sin una respuesta previamente definida. Depende del contexto y, por lo tanto, lo que es válido en un lugar no necesariamente lo es en otro. Tradicionalmente, para encontrar inspiración, hemos recurrido a estrategias globales o nacionales amplias. Sin embargo, no debemos pasar por alto el papel crucial de los gobiernos regionales a la hora impulsar nuestro futuro colectivo. Para la realización de manera exitosa del desarrollo sostenible y de la Agenda 2030, es imperante que el desarrollo no solo se conciba, sino que se traduzca e implemente a nivel local y regional.

Es por eso que el Premio a las Mejores Prácticas Regionales de la Organización de las Regiones Unidas (ORU Fogar) es un esfuerzo estratégico. Este permite resaltar y dar visibilidad a prácticas exitosas que han demostrado funcionar a nivel territorial. También nos brinda la oportunidad de aprender, mediante la recopilación de soluciones y la contextualización de las mismas.

Para comprender completamente el valor de esta convocatoria, es esencial definir qué constituye una buena práctica de gestión pública. Una buena práctica es una actividad o proceso emprendido por una autoridad que ha producido resultados notables en la gestión pública y que se puede replicar en otras organizaciones para mejorar su eficacia, eficiencia e innovación en beneficio del bien público.

Es crucial reconocer y fortalecer estas buenas prácticas, destacando su papel como catalizadores para el desarrollo sostenible y la mejora de la sociedad. ¿Por qué catalizadores? Porque encarnan la esencia de la eficacia, la eficiencia y la innovación. El concurso permite que diferentes regiones aprendan unas de otras, facilitando el paso del statu quo a la fase de planificación y acción real hacia el logro de los ODS. Compartir buenas prácticas con otras regiones puede inspirar la innovación, ofreciendo un modelo a otros para adaptar la práctica a su contexto.

La colaboración del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con ORU Fogar está arraigada en el objetivo principal del PNUD. Este objetivo se encuentra explícito en su plan estratégico, que es apoyar a los países en lograr las transformaciones profundas necesarias para avanzar hacia el desarrollo sostenible, como se expresa en los ODS. La construcción de capacidades y el intercambio de conocimientos son fundamentales para el mandato del PNUD, ya que este apoya la identificación, promoción y replicación de prácticas exitosas. Al trabajar con diferentes niveles de gobierno, el PNUD facilita la identificación de soluciones efectivas adaptadas a las necesidades y contextos específicos de cada ubicación.

Este último es precisamente el objetivo del premio: reconocer y recompensar cinco mejores prácticas, con intención de promover y fomentar iniciativas implementadas por gobiernos regionales para mejorar la calidad de los servicios proporcionados a los ciudadanos. La colaboración entre organizaciones como el PNUD, ORU Fogar y gobiernos intermedios asegura que estas prácticas se compartan y adapten, acelerando el camino hacia un futuro más sostenible y equitativo para todos. Es crucial traspasar fronteras para inspirar a más regiones de todo el mundo a compartir y adoptar buenas prácticas, con el fin de fomentar un movimiento global dedicado al bienestar de las sociedades y al progreso hacia el desarrollo sostenible. En ello radica la importancia de promover iniciativas como la que lleva a cabo ORU Fogar, como esta convocatoria de premios.

 


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