El presidente Macron ofrece la autonomía a Córcega

Durante su visita a la isla del 27 al 29 de septiembre, con motivo del 80º aniversario de la liberación de la isla durante la II Guerra Mundial, el presidente francés Emmanuel Macron ofreció la autonomía a Córcega. Esta oferta, que incluiría un reconocimiento de la singularidad corsa dentro de la Constitución francesa, llega tras 18 meses de negociaciones con los nacionalistas mayoritarios en la isla y como un intento de evitar que se vuelvan a producir disturbios y enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, similares a los que se produjeron en marzo de 2022.

Macron había visitado Córcega por primera vez como presidente en el 2018. Entonces, el concepto "autonomía" ni siquiera parecía una posibilidad. La idea de dar a Córcega un estatus diferenciado respecto al resto de regiones francesas sonaba casi a utopía. Ahora, sin embargo, en su esperada intervención ante la Asamblea de Córcega, en la ciudad de Bastia, el presidente Macron ha defendido que se dote a la isla de una autonomía inédita en Francia y ha propuesto que la Constitución francesa reconozca con un nuevo artículo la especificidad histórica y cultural de Córcega. Se trata, sin duda, de un salto cualitativo en la estructura institucional francesa. "Tengamos -dijo- la audacia de construir una autonomía para Córcega dentro de la República. Esta autonomía debe ser el medio para construir juntos el futuro, sin la desvinculación del Estado. No será una autonomía contra el Estado ni una autonomía sin Estado. Será una autonomía para Córcega dentro de la República."

El presidente del Consejo Regional y líder corso, Gilles Simeoni, celebró el cambio de tono de París, se mostró muy cordial con el presidente y le recordó que la isla y Francia estaban "ante el momento de la verdad ". Y añadió: "Debemos trabajar juntos para construir una solución política y equilibrada que sea aceptada por todas las partes, tanto en Córcega como en París. Dad la señal, presidente, nosotros responderemos y juntos saldremos adelante."

Macron ha dado seis meses a los políticos corsos para que elaboren una propuesta de estatuto y la consensuen con París. No habrá, ha dicho, líneas rojas. Y ha afirmado: "La nueva etapa institucional que queremos poner en marcha debe permitir a Córcega conservar su alma y su identidad mientras se mantiene dentro de los límites de la República". Un escollo que superar será, sin embargo, el hecho de que el presidente no tiene mayoría en la Asamblea Nacional Francesa.

Este estatuto, en cualquier caso, debe permitir la transferencia de importantes competencias que, por el momento, ninguna de las partes ha señalado. Queda claro, de todas formas, que incluirá un reconocimiento de la lengua corsa, que le permitirá su uso tanto en el espacio escolar, como en el espacio público en general, a pesar de que difícilmente se convertirá en lengua “cooficial” tal y como reclaman los nacionalistas corsos.

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