ORU Fogar presenta ejemplos de democracia participativa regional

En el marco del Festival de ALDA 2024, celebrado del 13 al 15 de mayo en Barcelona, se pudieron presentar diferentes ejemplos de democracia participativa regionales. El secretario de ORU Fogar, Carles Llorens, fue el encargado de explicar buenas prácticas de diferentes geografías y, así, mostró ejemplos de Ecuador, de Colombia, de Catalunya, del País Vasco y de Senegal. “Algunos -dijo Llorens- muy sorprendentes”

ALDA es la Asociación Europea para la Democracia Local, una ONG internacional sin fines de lucro, dedicada a la promoción del buen gobierno a nivel local y regional. Tiene una presencia importante en los Balcanes Occidentales y en las fronteras de la Unión Europea (Este y Sur). Desde hace muchos años su trabajo en Ucrania, por ejemplo, ha sido referencia obligada. En el año 2017 ORU Fogar y ALDA firmaron un acuerdo de entendimiento que permite colaboraciones que creen sinergias entre procesos de descentralización y de promoción de la democracia.

El primer ejemplo que se mostró fue ecuatoriano. La Constitución de la República de Ecuador establece que en todos los niveles de gobierno se conformarán instancias de participación que entre, otras funciones, podrán incidir en la elaboración de los presupuestos. Así, en el país, por ley, el gobierno provincial debe consultar con los ciudadanos un porcentaje de recursos de su presupuesto. En Pichincha, región capital del país, hay una asamblea ciudadana para la priorización de obras. Los responsables políticos atienden las priorizaciones. Los técnicos de la provincia asesoran sobre que es legal y que no. Estas asambleas están gravadas al completo en Facebook. 

El otro ejemplo latinoamericano presentado por el secretario general de ORU Fogar fue el del Departamento colombiano de Nariño, un proyecto de innovación política conocido como “Nuevo Gobierno” que se centra en tres pilares: Gobierno Abierto, Innovación Social y Economía Colaborativa. La materialización de este proyecto de gobernanza en el territorio se produce a través del programa “Gana Municipales”, una estrategia de presupuesto participativo. El gobierno regional presenta a la consideración de la ciudadanía un conjunto de proyectos, que surgieron del diagnóstico realiza-do de las necesidades de cada municipio. De 2016 a 2019 el programa contó con una participación de 40 mil personas, un hecho sin precedentes en Colombia. “Algo especialmente meritorio -explicó Carles Llorens- si tenemos en cuenta que estamos en un territorio especialmente castigado, hace unos años, por la presencia de la guerrilla y, posteriormente, por el narcotráfico”.

El repaso de procesos, en Europa, hizo parada en Catalunya y el País Vasco. En Cataluña existe una Estrategia de Adaptación al Cambio Climático participativa muy consolidada. Desde 2021, el proceso participativo se centra en tres ejes: Agua, Alimentos y Bosques; Infraestructuras; Agenda Urbana/Agenda Rural. El proceso participativo se basa en documentos elaborados por el ministerio regional y cuenta con el apoyo de la presencia de expertos. En el proceso, los ciudadanos, entidades y actores interesados pueden hacer propuestas y priorizar medidas de adaptación.

En 2015 se aprobó “El Libro Blanco de Democracia y Participación Ciudadana para Euskadi”, que se propuso como punto de partida construir un Euskadi más participativo en los asuntos públicos. Así, se activó el despliegue interno del Libro Blanco en las estructuras de Gobierno mediante el desarrollo de procesos participativos y se impulsó la “Ley de Transparencia, Participación Ciudadana y Buen Gobierno del Sector Público Vasco”, que finalmente fue aprobada en 2022. 

El secretario general de ORU Fogar refirió finalmente algunos ejemplos de democracia participativa en Senegal, afirmando que “en algunos temas, como este, los africanos pueden darnos algunas lecciones”. Explicó que el Code général des collectivités locales, la ley senegalesa de 2013 que rige el funcionamiento de los gobiernos locales y regionales es una ley que consagra los principios y valores de la descentralización. Contempla la participación ciudadana como una consecuencia de la descentralización. Sólo dedica, sin embargo, 5 artículos a la participación ciudadana, de los 332 que la componen. A pesar de este poco reconocimiento legal, quizá a causa de una cultura ancestral muy participativa, algunos departamentos (regiones) tienen espacios participativos muy interesantes.

Así, hay procesos de concertación ciudadana antes de aprobar el presupuesto anual. El presidente del Consejo Departamental invita a los ciudadanos, especialmente a los representativos, a participar en una reunión donde de discute de las prioridades a fijar en el presupuesto departamental. Es una gran reunión por municipio (Comuna) que puede durar uno o dos días. El Departamento de Kaffrine tiene 9 comunas/municipalidades. En cada comuna se reúnen 100-150-200 personas. El presidente del Departamento consulta y funcionarios toman nota. Se hablan de temas sociales y temas económicos. Kaffrine también tiene reunión de mujeres. Reúne las más activas, para ver como activar la actividad económica.

Carles Llorens concluyó: “Los regionalistas afirmamos que los gobiernos regionales son gobiernos de dimensión humana. Esto se hace patente en estos ejemplos que trascienden la democracia representativa y experimentan la democracia participativa”. 

 

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