La formación profesional agraria tema clave para conseguir el Hambre Cero

Si en la IV Cumbre Hambre Cero de Regiones celebrada en Temuco, Araucanía, Chile, el tema estrella fue la lucha contra el desperdicio alimentario, en la V Cumbre de Barcelona el tema que focalizó la atención fue el reclamó de una mejor formación profesional agraria, especialmente por parte de los lideres regionales africanos presentes en la Cumbre.

Ya en la inauguración, el presidente de ORU Fogar, Rachid el Abdi, señaló el tema. “Si los países del norte -dijo - quieren ayudar a los países del sur, por favor, no nos envíen toneladas de alimentos, una práctica que perjudica a la agricultura local. Si quieren ayudar, apoyen el fortalecimiento, creación, promoción y financiación de escuelas de formación profesional agraria”. El presidente también del Consejo Regional marroquí de Rabat Salé Kénitra fue muy contundente en este punto: “No es necesario que tengamos grandes debates sobre la cooperación. Simplemente deben escucharnos. Los africanos sabemos de lo que hablamos cuando decimos que la clave es la formación profesional agraria”. Así, apuntó que una política en este sentido contribuiría a frenar la inmigración legal e ilegal de África a Europa.

En la clausura, el vicepresidente de ORU Fogar, Ahmed Youssouph Bengelloune reafirmó la demanda. La llave de la soberanía alimentaria, según el también presidente de la Asociación de Departamentos de Senegal, pasa por tener una buena formación profesional agraria en cada región. Pidió ayuda, pues, a la cooperación internacional, con una especial demanda a la cooperación descentralizada. “La cooperación de las regiones europeas -afirmó- debe ayudar a reforzar a las regiones del sur”.

El “Manifiesto Catalunya” que salió de la cumbre asume totalmente este planteamiento y habla justamente de “impulsar la cooperación para promover la formación profesional agraria”. Y reafirma: “La colaboración entre gobiernos y otros actores relevantes puede facilitar el desarrollo de programas de capacitación y educación adaptados a las necesidades regionales mediante el intercambio de buenas prácticas y conocimientos, o la creación de redes de expertos”. 

La importancia de la tecnología

El Manifiesto apuesta también por invertir en investigación, innovación y transferencia de tecnología, para mejorar la productividad y sostenibilidad agrícola. Ponentes de los diversos espacios de la Cumbre se refirieron al tema.

El cocinero de Côte d’Ivoure, Charli Koffi, fue muy claro al señalar que la agricultura africana reclamaba formación tecnológica. Se mostró partidario de invertir en tecnología y también de retener los procesos de transformación industrial de los alimentos cerca del lugar de producción. Muchos de los gobernadores y presidentes regionales africanos subrayaron este déficit. 

Proveniente de Adamaoua, Camerún, el presidente Mahamadou Dewa, hablo de las potencialidades de su región, un terreno fértil y con abundancia de agua. Afirmo, sin embargo, que la falta de mecanización y un uso muy limitado de la tecnología dificultaban la producción. Señaló, asimismo, el hándicap que suponía no contar con infraestructuras adecuadas de almacenamiento, al mismo tiempo que habló de la necesidad de contar con semillas más resistentes a la sequía y a las enfermedades. 

Jules Hilarie Focka, también presidente regional camerunés, de la región del Oeste, afirmó qué de contar con todos estos instrumentos, las regiones podrían frenar de una manera más eficaz el éxodo rural y, en última instancia, la inmigración. En un sentido muy similar se expresó el presidente de la Asociación de Regiones de Mali, Abdoulaye Maiga, quién puso mucho énfasis en la necesidad de semillas más resistentes.

El hambre cotidiano

Todos los presidentes africanos insistieron en la necesidad de que sus regiones, más allá de sus competencias, contaran con recursos suficientes. Abdoulay Maiga, quién es también presidente de Mopti, Mali, explicó que todas las regiones del Sahel, sea cual sea el país, viven situaciones similares con relación a la alimentación. “En Mali, las regiones participamos de un comité nacional, pero cada cual debe encontrar soluciones a su propio nivel”. Afirmo que ellos, el problema del hambre lo viven cotidianamente. “Debe tenerse en cuenta -dijo- que en Mali hay cuatro millones de personas con dificultades para alimentarse”. 

En un sentido muy similar se expresó el presidente de Adam Kolia Traoré de la región d’Iffou en Côte d’Ivoire, quién reclamó competencias y recursos porque “somos nosotros, las regiones, quienes estamos cerca de los que sufren el hambre, son nuestros ciudadanos”. 

El presidente del Comité de Agricultura del Consejo de Gobernadores de Kenia, el gobernador de Bungoma Kenneth Lusaka se remitió a la Declaración de Maputo de 2008, un manifiesto completamente favorable a la agricultura campesina, a una defensa de la soberanía alimentaria y a una alimentación sin adulteración, para afirmar que actualmente en Kenia había el compromiso de dedicar el 10 % de los presupuestos a la agricultura, pero, que es su criterio el porcentaje debía llegar al 30 %. Defendió la necesidad de desconcentrar los recursos públicos para que estos puedan llegar, a través de las regiones, a todos los habitantes.

El embajador español en la FAO y ex-presidente del Comité de Seguridad Alimentaria, Gabriel Ferrero, quién moderó una mesa titulada “Hambre Cero, el rol de las regiones”, fue muy gráfico cuando confesó “en el Ministerio, el hambre es una estadística, en su caso, presidentes africanos, es algo que está al otro lado de la puerta cuando salen de su despacho”.

Pero no sólo se habló de los problemas alimentarios de África. Desde Perú, Jesús Quispe, gerente de la Mancomunidad Regional de los Andes, narró la épica lucha de las regiones andinas para combatir la desnutrición infantil y la anemia, al tiempo que apuntaba los buenos resultados que se estaban obteniendo. En un planteamiento que suscito un amplio aplauso, Quispe refirió el programa “Crecer en los Andes” y afirmó que el objetivo era tener niños y niñas bien alimentados y competitivos de cara al futuro. Se mostró convencido que la solución sólo podía llegar a través de las regiones y de la descentralización.

 

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