El XXI Congreso Euskal Hiria, organizado en Bilbao por el Gobierno Vasco con el apoyo de ONU-Hábitat, puso el foco en cómo desarrollar territorios cohesionados, en el marco de políticas efectivas de inclusión social y equidad. El evento contó con especialistas internacionales, nacionales, regionales y locales de primer orden, aportando valiosas respuestas al reto que plantean el diseño de ciudades y la cohesión territorial, si se quiere dar respuesta a la exclusión social.
Abrió el evento Carmen Sánchez Miranda, jefa de la Oficina de la ONU Habitat España, quién manifestó la urgencia de encontrar soluciones a todos los retos sociales que tenemos planteados, desde la lucha contra el Cambio Climático, hasta la reducción de la pobreza. Haciendo referencia al título del congreso “Territorios y ciudades inclusivos para no dejar nadie atrás” afirmó la importancia de no dejar atrás “ni nadie, ni ningún lugar”. Así, explicó que el “espacio es un vector muy importante con relación a la igualdad”. Abogó por el Nuevo Contrato Social defendido por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para desarrollar la Nueva Agenda Urbana.
En la misma apertura del Congreso, el ministro regional de Planificación Territorial del País Vasco, Iñaki Arriola, explicó ocho diferentes proyectos urbanos que procuran combatir la pobreza, pero también la desigualdad. “Hemos llegado a la conclusión, explicó, que la vivienda y el transporte son las claves, como nunca lo fueron, para reducir las desigualdades en el territorio”. Durante el Congreso se dedicó especial atención a los procesos de rehabilitación y regeneración urbana de barrios que impulsa el Gobierno Vasco en 21 municipios, y que comenzó con el proyecto Opengela, financiado por la Comisión Europea, con dos experiencias piloto en Otxarkoaga (Bilbao) y Txonta (Eibar). A través de esta fórmula, se crean oficinas de barrio que, a modo de ventanilla única, acompañan a los vecindarios en procesos de rehabilitación.
Durante las dos jornadas de Euskal Hiria, se puso de manifiesto la necesidad de interactuar entre entornos rurales y urbanos para lograr un desarrollo sostenible. Así, se señalaron diferentes escalas de intervención: entre lo urbano y lo rural, entre territorios, pero también entre ciudades y entre barrios de una misma localidad. Han sido apuntadas como ejemplos de oportunidades: la mejora de la eficiencia energética de los edificios, por su importante impacto social y por las mejoras que suponen en la salud de las personas, pero también el establecimiento de servicios esenciales a los que se pueda acceder a pie, espacios verdes i espacios de convivencia. Siempre pensando en barrios con servicios, frente a la ciudad-urbe fragmentadas y especializadas.
Merece destacarse la intervención de Miguel de los Toyos, viceconsejero vasco de Planificación Territorial y Agenda Urbana, quién, frente a la crisis multifactorial que enfrentamos, afirmó que las políticas urbanas y de planificación territorial tienen una incidencia social clave. “Se acabó -dijo- el tiempo en el que el urbanismo era un tema puramente técnico. Hoy el urbanismo tiene una dimensión política y social de la más alta importancia”. El planteamiento fue compartido por Alfonso Gurpegui, viceconsejero de Empleo e Inclusión, quién explicó que la lucha contra la pobreza no enfrenta ya el reto de igualar “entre los que están arriba y los que están abajo, sino los que están dentro y los que se quedan fuera del ámbito social”.
El congreso contó con la presencia de Carles Llorens, secretario general de ORU Fogar, quién apostó a hablar de “territorios sostenibles y de equilibrio territorial. Es un oxímoron -afirmó- hablar de ciudades sostenibles. Las ciudades, por definición, nunca serán sostenibles”. El secretario general de ORU Fogar rechazó, asimismo, el concepto de “derecho a la ciudad”, tan utilizado desde Habitat III, en tanto en cuanto supone la ciudad como algo superior a lo rural y, así, contribuye a estigmatizar lo rural. Para la mejor política urbana y de equilibrio territorial dijo que “continúa siendo esencial evitar el éxodo rural”.