Deseamos convocar a todas las autoridades regionales interesadas en analizar, debatir, proponer, cómo enfrentar la grave crisis alimentaria que se avecina a nivel mundial, producto de múltiples factores que han agudizado este flagelo. En Temuco, Región de La Araucanía vamos a tener un gran debate sobre cómo afrontar la situación. En las discusiones que ya se están llevando a cabo, queda claro que se debe reforzar la resiliencia y que, en estos momentos de crisis, es importante garantizar al máximo la producción de alimentos en el territorio, priorizándose los alimentos de proximidad, es decir, la producción de kilómetro cero, la creación de denominaciones de origen, la agricultura familiar e, incluso, la gastronomía tradicional con identidad territorial.
La cumbre llega en un momento muy pertinente. La suma de tres crisis (Covid19, guerra y cambio climático) han sido la tempestad perfecta, para que vivamos un aumento de precios inauditos de las materias primas y de los alimentos. El COVID19 alteró completamente el comercio mundial de alimentos, poniendo obstáculos a todas las cadenas de suministros.
El cambio climático, ahora de una manera evidente, tanto así que tumba los argumentos del negacionista más convincente, se manifiesta con impresionantes olas de calor, incendios, sequías e inundaciones, que ponen en riesgo la producción agrícola en muchas geografías.
Pero si el Covid19 y el cambio climático no fueran suficientes, la guerra de Ucrania ha venido a agravar la situación. Rusia y Ucrania gestionan la cuarta parte de las exportaciones de trigo de todo el mundo, además de la quinta parte de las exportaciones de cebada y de maíz. Ambos suministran la octava parte de las calorías que se comercializan en el mundo.
La subida del precio de los combustibles fósiles incide también en la subida del precio de los alimentos, porque encarece el trasporte y los fertilizantes.
Esta conjunción de factores está haciendo difícil cumplir con el objetivo 2 de la Agenda 2030, porque en este momento están aumentando, tanto las cifras de desnutrición como las de personas que sufren niveles de hambre aguda.
En 2020 ya aumentó el número de desnutridos (personas que no pueden satisfacer los requisitos alimentarios mínimos) a alrededor de 118 millones.
En 2021 el hambre aguda (personas que no pueden satisfacer los requisitos alimentarios a corto plazo) aumentó en 40 millones de personas. Esta situación se ha vivido en 24 países. Ahora mismo, el conflicto entre Rusia y Ucrania está agudizando el riesgo de hambre para muchos millones más, especialmente en África.
La situación es grave, pero, para el movimiento regionalista, la reacción es clara porque es la que siempre se ha propugnado: fortalecer la seguridad y la soberanía alimentaria de los territorios.
Desde ya, quedan todos cordialmente convocados a este importante encuentro que se realizará en Temuco, región del Araucania-Chile.